Para el desarrollo de este proyecto, elegimos dirigirnos a la Escuela de Educación Técnica N° 3 Domingo Faustino Sarmiento, ubicada en 14 de Julio 2550. En ella analizamos la relación y el trato de las mujeres en un ámbito dominado en su mayoría por hombres.
Pudimos observar a mujeres de diferentes edades y que se encuentran cursando las distintas modalidades que ofrece la institución. A su vez, obtuvimos testimonios de una ex alumna que hoy en día ocupa un cargo como profesora, la cual nos contó su experiencia en el momento en que desarrollaba sus estudios y cómo ésto le sirvió para insertarse luego, en el ámbito laboral. También, junto a una preceptora, nos brindaó su punto de vista en cuanto al estado actual del colegio, los alumnos que concurren, las relaciones que mantienen, la disponibilidad horaria y las condiciones edilicias.
Por otra parte, entablamos conversaciones con alumnos y alumnas que nos contaron cómo ellos desarrollan día a día su labor estudiantil, las relaciones que mantienen dentro y fuera de las aulas, sus sentimientos y gustos por las distintas ramas de educación elegidas y las expectativas que tienen, considerando cómo su compromiso y desempeño actual les servirá al momento de desarrollar una carrera universitaria o al ingresar en el mundo laboral, y así poder combatir los desafíos y competencias que se presenten.
DESCRIPCIÓN EDILICIA DE LA INSTITUCIÓN
La Escuela de Educación Técnica N° 3 “Domingo Faustino Sarmiento” tiene su frente en toda la cuadra de 14 de Julio entre Alberti y Gascón, abarcando media cuadra hacia la calle XX de Septiembre.
Por 14 de Julio, casi en la esquina de Gascón, se encuentra una puerta por donde ingresan las autoridades, profesores, padres y alumnos que entran después de hora. Hacia la esquina de Alberti se encuentra el portón por donde acceden los alumnos. En esa esquina se ubica una puerta, hoy inutilizada, por donde se ingresaba a los talleres en los comienzos del colegio.
Por la entrada cercana a Gascón, nos encontramos con “la portería”, un espacio chico donde el portero de turno junto a otros auxiliares comparten, ocasionalmente, algunos mates. Ellos, sin una nota y un llamado telefónico de la preceptora a cargo, no dejan salir a ningún alumno. Yendo hacia la derecha, damos con el salón de actos con una capacidad aproximada de 150 a 200 personas y un escenario. Este salón cuenta con sillas plásticas y algunas mesas, además de un televisor color de 29” reproductor de VHS y DVD.
El salón de actos generalmente se utiliza para reuniones de autoridades, centro de estudiantes, actos pequeños, reproducción de películas, exposiciones técnicas y artísticas. Cuando se realiza un acto para todos los alumnos en el patio, algún profesor capacitado maneja desde allí la consola de audio externa.
Volviendo a la portería nos topamos con una escalera que cuenta con dos descansos que nos lleva hacia la secretaría, la cooperadora y un teléfono público. Hacia Alberti, se encuentra un pasillo donde está la Oficina de Alumnos, la Oficina de Profesores, Vicedirección, Dirección y baños. Pasando los baños una escalera desemboca en Oficina Técnica (la oficina encargada de los talleres). Allí ya nos encontramos en el edificio de Alberti, donde hay aulas de taller muy amplias, y un baño “exclusivo” para mujeres que se encuentra cerrado con llave, sin razón alguna, y talleres propiamente dichos: hojalatería, carpintería, energía, electricidad, mecánica, cada uno con sus respectivas máquinas; y un gran gimnasio de parqué que lo suelen prestar para los Juegos Bonaerenses. A veces, sin permiso, un portero se lo alquila a los alumnos para que por la noche organicen partidos de futbol. El gimnasio cuenta con gradas, un baño compartido y vestuarios femeninos y masculinos.
El edificio de Alberti tiene 4 pisos y un subsuelo.
Si volvemos a planta baja, por donde ingresamos, y nos dirigimos hacia la izquierda, encontramos una cartelera con información para los alumnos, generalmente llena de horarios y días de mesas de examen; una portería donde los auxiliares guardan sus pertenencias, aulas de 1° y 2°año, una preceptoría, baños y la oficina de la jefa de preceptores.
En el primer piso de ese edificio, se ubican dos preceptorías, y 8 aulas para 3° y 4° año. En el segundo piso, otras dos preceptorías y 8 aulas para 4° y 5° año. El tercer piso, diferente a los anteriores, cuenta con una sola preceptoría y 8 aulas para 6° año y talleres de dibujo técnico y una biblioteca especializada en libros técnicos y algún que otro libro de materias humanísticas.
A partir del cuarto piso se encuentran talleres de electrónica, química e informática. Cada uno de ellos cuenta con una preceptoría, 8 aulas para alumnos y laboratorios.
Cada piso de este edificio cuenta con tres ascensores, con display’s indicadores de piso, y sensores que emiten una señal auditiva cuando la puerta está abierta por más de 30 segundos, además de dos escaleras.
Volviendo a planta baja, por la escalera que da al interior del colegio, al lado de los baños, observamos una puerta grande vidriada que conduce al interior del buffet donde hay mesas y sillas para profesores y alumnos que almuerzan allí. Saliendo hacia el patio encontramos una puerta pequeña, difícil de abrir por su deterioro, e ingresamos al otro lado del buffet, que funciona como kiosco para los alumnos.
En el patio nos topamos con un portón vidriado que da ingreso a la portería, adornado por dos macetones muy grandes con árboles. También hay una puerta, generalmente cerrada con llave, ya que allí se encuentra el Taller de Medición con máquinas especiales, como por ejemplo una máquina que mide la densidad de los metales, la conductividad, etc. Luego hay un banco muy largo donde los alumnos se sientan en los recreos. Un gran portón nos lleva al Taller de Construcciones, que se divide en dos pisos: uno para practicar con mezcla, revocar, y levantar pequeñas paredes, y otro con tres aulas para dibujo técnico. En un gran descanso de la escalera, los alumnos de 6° año construyen una pequeña casa como trabajo final.
Saliendo encontramos un último taller, con una fosa para automotores y motores Fiat que donan a la Institución.
Si nos dirigimos para el portón por donde los alumnos ingresan y egresan, nos encontramos con un gran cuarto de chatarra donde el portero selecciona qué sirve y qué no para ser reutilizado.
La E.E.T N° 3 cuenta con un sótano al que se ingresa con un ascensor en particular, donde se encuentra la caldera de calefacción y un auxiliar arreglando los bancos deteriorados.
PROBLEMAS EDILICIOS ENCONTRADOS Y ALGUNOS DETALLES
- Paredes internas y externas pintadas con aerosol. Según cuentan alumnos y autoridades, se deben a ciertos grupos o “tribus” (hip-hoperos y skaters predominantemente). Más allá de estas pintadas, el revestimiento de los pasillos aparece en perfectas condiciones.
- Sillas escritas.
- Un baño de l alumnas estaba cerrado al momento de concurrir.
- Cierran los cursos de talleres. El testimonio de una profesora que pasaba por ahí explica los motivos: “para que no se roben o rompan el instrumental”.
- Cables pelados y expuestos en algunas paredes, si bien no tenían conductividad, para quien no lo sabe puede llegar a preocupar.
- En el primer y segundo piso, hay agujeros en el baño de mujeres.
- Caños oxidados y desencajados de la estructura del techo en el baño de mujeres.
- Tanto en el baño de varones, no hay inodoros ni mingitorios.
- Descuido y falta de limpieza en algunos sectores, como el entrepiso. Allí, se observó también paredes pintadas con aerosol.
- Ausencia de mesas en el buffet. Las quitaron tiempo atrás porque algunos alumnos se sentaban a fumar.
- Papeles tirados en el patio por falta de cestos de basura.
PORTEROS
El día miércoles 19 nos dirigimos a la Institución para hablar con el director Osvaldo Abbadie y pedirle permiso para poder realizar el trabajo. El auxiliar que nos abrió la puerta no hizo pregunta alguna. Subimos al primer piso donde nos encontramos por casualidad con la vicedirectora del establecimiento y, aprovechando el encuentro, le comentamos el trabajo a realizar y nos dio el permiso enunciando “estamos a su disposición”.
INFORMANTE CLAVE
Al viernes siguiente pudimos entrevistar a una ex alumna y profesora, quien fue nuestro informante clave.
El apacible clima de trabajo y estudio se traducía en sus gestos. Comenzó hablando de la historia de la institución, del “Industrial de Mar del Plata”, tal como se lo conoce de boca en boca: “Hace 20 años dependíamos de la Nación. El Consejo Nacional de Educación Técnica (CONET) proveía del equipamiento e instrumental necesario a la escuela. Además, se trabajaba con personal de mantenimiento”, explicó Paula Gutiérrez, profesora de taller en primer y cuarto año.
El apoyo del Estado se disolvió en los ’90, al iniciarse el proceso de privatización de empresas y desindustrialización: “Cuando nos transfirieron a Provincia, perdimos. En el ’91, el país estaba en proceso de desindustrialización. No había entes que proveyeran instrumental, ni ayudantes de laboratorio”, señaló la profesora.
Mencionó cuáles son los espacios curriculares y cómo están divididas las modalidades, que son seis: Electrónica, Electromecánica, Construcciones, Informática, Química y Automotores. Las materias troncales (Lengua y Matemática) se dictan de la misma manera que en una escuela convencional, pero se añaden materias complementarias y se profundiza en Química y Física. Se suprimen aquellas humanísticas, como Sociología o Psicología. En Historia, por ejemplo, se reduce la carga horaria y se limita su enseñanza a un solo año.
“Desde el punto de vista social, el alumno técnico está acostumbrado a estar muchas horas afuera, a no comer en su casa, a ser independiente”. En ese sentido, apuntó la ventaja de la oferta de rápida inserción laboral al egresar de “la técnica”. “La salida laboral últimamente se recupera. A veces me encuentro con ex alumnos, y veo que están siempre trabajando”, contó Gutiérrez.
Comentó que “hay mucha deserción en primer año”, aunque destacó que esta tendencia “disminuye en los años restantes”. También subrayó que “no hay tantos problemas de disciplina”.
En los últimos años, principalmente luego del colapso de 2001 y con el comienzo de la era Kirchner, se pasó a un período de reindustrialización. “En 2005 se incorporó un plan de Nación, con lo cual las escuelas técnicas quedaron a cargo del CONET. Habitualmente, se elevan planes donde se justifica pedagógicamente para qué se necesita equipamiento. Una vez cumplido este paso, se recurre a una licitación”, describió la ingeniera.
Paula, también relató su experiencia en la institución, desde su óptica de ex alumna. “Como alumna, siempre la pasé muy lindo. Somos muy respetadas, tenemos como hermanos mayores”, en referencia a su posición de mujer dentro de la institución, que son minoría. “Aprendí a ser más frontal. Debe haber un 10 % de mujeres, 3 o 4 chicas por curso. A veces cuesta adaptarse, depende de la actitud con que se encara”, sostuvo.
En cuanto a presuntas quejas por discriminación, puntualizó un caso aislado: “Un año, una alumna en Química se pasó a Electrónica. En Química, donde más problemas había, era casualmente la modalidad en la que más mujeres había. Los motivos son siempre pasiones con algún chico o casos de bullying”.
ENTREVISTA A PRECEPTORA Y ALUMNOS
Tuvimos la oportunidad de entrevistar también a una preceptora del segundo piso, a la cual le consultamos acerca de las chicas que concurren a la institución y qué trato mantienen con los varones, a lo cual nos respondió que en los siete años que hace que está en la escuela, no se habían identificado grandes problemas de discriminación. A lo largo de los años ha habido un aumento en la cantidad de chicas que concurren, si bien hay cursos que tienen entre siete y ocho chicas, y hay otros que no tienen ninguna. Igual, se ha verificado un crecimiento en este aspecto, aunque para ella “sigue siendo una escuela de hombres”. Pese a esto, el trato que mantienen para con las mujeres es muy bueno, y las respetan mucho.
Con respecto a las peleas, se dan más entre las mujeres, porque son “más conflictivas”. Los problemas principales se dan por “cuestiones de hombres”. Ella expresó: “Las preceptoras estamos al tanto de todo ya que los alumnos llegan con los problemas a la secretaría y nos cuentan. Recuerdo una vez que tuve quejas de una alumna porque la discriminaban, le decían fea, sucia, negra (en esos términos). El problema era sólo con ella, los varones se quejaban porque decían que interrumpía la clase a los gritos. Y todo eso lo llevan a la preceptoría, uno tiene que tratar de escuchar a las dos partes y actuar de mediador para llegar a una solución”.
Según el punto de vista de ella, si se compara la escuela técnica N°3 con otras secundarias, “esto es un paraíso, no hay violencia, los chicos estudian, escuchan al profesor, respetan y cumplen con las normas de la institución”, aclaró.
A su vez, entrevistamos a alumnos y alumnas de la escuela para que nos pudieran brindar su experiencia en cuanto a las relaciones que mantienen.
Dos chicas de la modalidad de “construcción” nos comentaron, por su parte, que en su curso hay sólo siete u ocho chicas. En general, la relación entre ellos es buena, “hay algunos grupos que se llevan más entre sí, pero bien”. Con respecto a los trabajos que se plantean en clase, comentaron: “Por ahora hacemos todo, aunque sí hay mucha exigencia, los trabajos son largos y hay poco tiempo para hacerlos”. Igualmente, aclararon que les gusta mucho la escuela, hace cuatro años que están en ella, y fue su decisión concurrir allí.
Por otro lado, consultamos con tres chicos de la modalidad de “electrónica”, quienes nos informaron que en su curso sólo hay una mujer y que no se llevan muy bien con ella. Todos ingresaron en primer año, pero “esta chica sólo tiene relación con un grupo de chicos en particular, con los que venía de años anteriores. Igualmente, el curso está muy dividido, no somos de hablarnos entre todos”. Aclararon además que fuera de la institución mantienen relaciones, principalmente con chicas de otros cursos, y a este grupo los invitan a salir pero ellos nunca van. “La chica que cursa con nosotros es muy cerrada”, agregaron.
CONCLUSIÓN
A partir de lo que pudimos observar en la E.E.T N° 3 Y de las entrevistas realizadas a algunos profesores, preceptores, alumnos y alumnas, no se presentaron casos de discriminación a las mujeres, tanto en cuanto al trato entre los chicos y ellas, como en los trabajos prácticos que deben hacer. No obstante, como en la mayoría de las escuelas, se presentaron casos de peleas entre mujeres, generalmente por motivo de los hombres.
En los recreos se pudo observar que las mujeres se juntaban entre ellas hablar y algunas estaban también con los chicos. En las aulas, estaban sentadas principalmente chicas con chicas.
En el cuarto piso, donde se encontraban los alumnos de sexto de la especialidad de “electrónica”, se notaba que estaban interesados en sus trabajos en clase y se comportaban tranquilamente. En los recreos, se quedaban en el pasillo o a veces dentro de las aulas.
En los pisos inferiores, donde se encontraban cursos de alumnos de menor edad se notaba que hacían cosas típicas de su edad, y no se los veía tan tranquilos como en el cuarto piso.
Por otra parte, se puede concluir, en virtud del tiempo diario dedicado por los alumnos a sus ocupaciones y responsabilidades dentro del ámbito escolar, que tienen un gran interés por aquello a lo que se dedican, y también por su futuro profesional, en contraste con lo que ocurre con las escuelas convencionales, donde predomina una ventaja del desinterés por aprender, la holgazanería y la desidia. Se puede comprobar esto en lo sucedido en los últimos meses al surgir una oleada de grupos en redes sociales incitando a la rateada masiva, entre un sinnúmero de casos ejemplares sucedidos dentro y fuera del aula, con o sin presencia del profesor.
El compromiso de los alumnos de escuelas técnicas puede deberse a que ya tienen definido, desde el último año del secundario –o incluso desde años anteriores- cuál es su orientación en el mercado laboral. Saben que ejercerán como ingenieros, como técnicos, y su período de aprendizaje se convierte también en un trabajo. La práctica sobrepasa a la teoría en las escuelas técnicas.
Ivana Freije [Soundtrack: Lacrimosa. Regina Spektor]